martes, 15 de abril de 2008

Sin final feliz.

Cada escenario era como un mundo nuevo al que se llegaba desde el anterior, sólo si se había superado la prueba correspondiente. Había luchado y vencido a terribles piratas, rescatado hermosas princesas, desarmado maléficos caballeros, entronizado a reyes ultrajados, incluso había expulsado a un dragón incendiario, que a punto estuvo de quemar su casa, pero ahora no sabía como devolverle la vida a su madre, inmóvil y fría dentro de aquel ataúd de pino.

10 comentarios:

M. Domínguez Senra dijo...

Lo bordaste, maestro.

El Aviador Capotado dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
El Aviador Capotado dijo...

Amigo mío: ¡¡Estás inmenso!! La ventana de Kollsman calada en el exacto QNH y la Brújula con la declinación corregida. Buen vuelo VFR.

Fuerte abrazo

Gemma dijo...

Comparto los halagos de mis compañeros de viaje: sin duda alguna, un relato estupendo.

La vida como juego maldito en el que de nada sirve saltarse las normas...

Un saludo,

Rocío dijo...

Cada escenario era como un mundo nuevo al que se llegaba desde el anterior...

Me gusta mucho este comienzo porque enlaza perfectamente con el final y porque me hace pensar y reafirmarme en mi creencia. Somos seres hechos de pequeños mundos, unos superpuestos a otros, otros desconocidos y que van surgiendo sin buscarse; en otros ni siquiera existimos y sólo somos un simple reflejo. Algunos de ellos, como tú dices, incontrolables.
Besos

Víctor González dijo...

Gracias Marta, sólo intento estar a la altura de los lectores.
Al pasaje este lenguaje le suena a clave que ambos entendemos. Ya tocaba copiar a tu torre de control.
Me complace tu visita Mega. Ya ves pasamos la vida intentando saltar las normas, pero hay caminos que están escritos de antemano.
Me alegro de que sea de tu agrado en el fondo y en el estilo amiga Rocio, compartmos modos.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Disfruto tu estilo y las palabras que empleas.

Gracias y saludos.

Víctor González dijo...

Gracias, la aventura de tu polizón no se queda atrás.
Saludos.

Raquel Graciela Fernández dijo...

Este texto es sencillamente maravilloso. Te felicito.
Un beso grande!

Víctor González dijo...

"Si la musa llega, deberé estar trabajando en el estudio" Picasso.
Vosotros me animais al trabajo diario.
Gracias y bienvenida.