viernes, 16 de mayo de 2008

El silencio que más duele.

Todos los conciertos acababan igual, varios minutos de aplausos, gritos de bravo y la orquesta entera puesta en pie mirándole. Por dentro mientras sonreía y saludaba inclinando la cabeza hacia delate la angustia le carcomía. Llevaba casi un año en el que no oía con claridad dos compases seguidos. Conocía cada instante de las sinfonías pero... Alguien tiró de su chaqueta suavemente y le hizo mirar hacia abajo. -Papá te estoy llamando y no me haces caso. Eso fue determinante.

15 comentarios:

Mery dijo...

Me gusta esta serie de micro-relatos encadenados. Son pulcros (aunque suene pedante esta palabreja, yo me entiendo).
Un saludo

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Determinantemente simple: el hijo lo devuelve a la terca realidad, si no he entendido mal. Saludos dominicales.

Víctor González dijo...

Celebro que te gusten Mery y tenemos tinta.
Así de simple amigo Antonio, el resorte apenas levantaba un metro.
Saludos a ambos.

Anónimo dijo...

Me estoy enamorando de ti. Sigue escribiendo...

Víctor González dijo...

Muchos han sido los escritores que han buscado despertar el amor con su obra, pero ese no es mi caso, tengo por seguro.
Saludos fraternos, no eróticos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Un verdadero drama para el personaje, como músico y como padre. La vida, a veces, nos juega estas jugarretas. Consigues muy bien estos textos breves, con pocas palabras sabes transmitir toda una historia. Saludos cordiales.

Raquel Graciela Fernández dijo...

Víctor, tus textos tienen una fuerza impresionante. Celebro tu capacidad de decir tanto en tan pocas lineas.
Un beso grande.

M. Domínguez Senra dijo...

Víctor, pasaba por aquí y me sumo a las palabras de Isabel y Raquel y celebro tu mirada limpia y te hago caso. Saludos.

Víctor González dijo...

Contar Isabel, despertar un poquito el pensamiento y entretener, ese es el fin y ese el camino a seguir.
Gracias por tú amable visita.

Víctor González dijo...

Así Raquel igual que en la cocina francesa, plato grande (la red) y bocado a ser posible exquisito y pequeño (los micros) para ser todo ello degustado répido y con un paladar agradable. Siempre estás invitada.
Saludos.
Y yo celebro tú visita amiga Marta.
Un beso.
Rocío, mi respuesta a Antonio intentó aclararlo todo. El hijo ha sido meyor resorte que la música y la fama. En este caso ha sido el triunfo de la raiz, otras veces es al contrario.
Besos creativos.

Sandra Figueroa dijo...

Y ese tiron de la chaqueta lo volvio a su realidad. Lindo texto. Besos y cuidate.

Víctor González dijo...

Lo que no consiga un niño. Verdad Poetisa?
Otro beso para tí.

Gemma dijo...

La música la seguirá oyendo en su cabeza; a su hijo, en cambio, no. Un micro punzante y agudo.
Saludos afectuosos

Víctor González dijo...

En ocasiones hay cosas que es mejor no escuchar.
Megasaludos.

Luna Carmesi dijo...

Hay voces y sonidos que no deberian dejar de escucharse jamas...
Mala condena para el musico.
Terrible condena para el padre...

Besos.