martes, 8 de abril de 2008

Límites de un árbol.

Y lo fue. Por serlo, pero lo fue. Por romper moldes y tal vez que alguien se fijara en él, lo fue. Lo fue por hastío, o por dejar de sentirlo, por abandono y soledad, por lastima de si mismo, por desamor, pero lo fue. Llegado el día de serlo y entrada la noche cenó abundántemente y bebió aún más. Cuando lo encontré, el rigor mortis ya estaba bien instaurado.
"Era un muchacho sano" me dijo el forense a la semana siguiente. " Otro que había suspendido la tournée sinedie".

2 comentarios:

Gemma dijo...

Fue valiente o temerario, según se mire y se mató. En una sucesión de la vida y la muerte continua y encabalgada...

Repitiéndose el círculo como siempre, hasta la saciedad.

Saludos,

Víctor González dijo...

Esta vez Gemma, aunque no suele ser así nunca, describo un acontecimiento verídico como los de Paco Gandía.
Ya ves, la vida rueda y rueda en ciclos locos pero similares desde la altura. Más sililares cuanto más alto.
Saludos también pa tí.