martes, 18 de marzo de 2008

Silencios de vida o muerte.

Parecía muerto. Su cabeza ligeramente ladeada, su rictus de dolor contraído y su boca entreabierta le daban un aspecto que daba miedo. Para colmo los episodios de apnea que sumían el cuarto en un silencio de ultratumba. Ella le miraba con la angustia contenida hasta que los segundos se le antojaban interminables, entonces zarandeaba su cuerpo suavemente para que la vida volviera a sus pulmones y tras dos o tres bocanadas de aire descomunales, se despertaba y cubría de besos y caricias su cuerpo, para terminar haciendole el amor, agradecido por seguir vivo y disfrutarlo junto a ella.

3 comentarios:

Gemma dijo...

(Apnea, Víctor.) Me ha gustado.

Víctor González dijo...

Apneo has dejado mi pecho
y necesitando una silla,
la cosa no cae en barbecho,
curando las espinillas.

Ángel Vela dijo...

Interesante enfoque el del personaje, me gustó.