Aclararon sus dudas banderas y despliegue mediático. El show estaba a punto. Como si de un mercado medieval se tratase, malabaristas, bufones, tragasables y magos aparecían aquí y allá concediendo entrevistas a las cadenas de radio y televisión. El vestido de la novia, la seguridad extrema y la madre del novio, eran los temas estrella. La dosis justa de fantasía para pobres, tapadera de las realidades peores.
Se deslizó entre la gente y comenzó su trabajo de carterista elegante. Aún quedaba dignidad.
4 comentarios:
y siguen queriendo "comernos el coco" y tenernos "dormidos cerebralmente"....ainss
me alegra leerte de nuevo
un beso
que buen blog... saludos!
Años sin escribir!
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