miércoles, 24 de septiembre de 2008

En aguas de nadie.

Un formidable gancho había resultado Lola para él, de la que ahora estaba colgado como un pescadito coleando. Hacia tres años ya que su relación con Julia se difuminó hasta desaparecer, y su paso por el dique seco hasta anoche, aunque lento en el tiempo, se le antojaba esta mañana ya como algo para olvidar. Sonó su móvil y al ver en la pantalla el numero de su hermano, se le iluminó la cara. Le pormenorizaría cada uno de los minutos de placer de aquella noche. Comenzó por contarle quien era ella y Paco le cortó en seco. -Lola tiene un trastorno bipolar. Cada noche hace lo mismo con uno diferente.

sábado, 20 de septiembre de 2008

El roto del embudo.

Esto es un atraco, ¡qué asco!. Así se van a quedar solos con su negocio. ¿No comprenden que sus honorarios son abusivos?, ¿Se piensan acaso que somos ricos o qué?. ¿Es qué en esta puta vida hay que pagar por todo tanto y tanto?.

-Mire una cosa señor, -le hablaba bajo y lentamente-, puede ir si quiere a la más cercana, ochenta kilómetros no es tanto, pero los precios son los mismos y, viniendo usted de esta comarca nos pagarán una comisión. Reconózcalo, nos necesita. Somos la funeraria de su vida, y permitame la broma, también de su muerte.

El hombre que escuchaba cabizbajo, le miró directo a los ojos y le derribó de un formidable gancho.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Vuelvo a visitarte.

Por fin se decidió a entrar. En la sucursal bancaria todo estaba como siempre. Las mismas caras, el mismo rumor sordo, los folletos publicitarios aquí y allá. Recordó con dolor su última visita hacía un año. Ese fatídico día en que el director le informó de que iban a ejecutar su vivienda y con ello sería desahuciado. Luego vino el fin de aquel calvario y lo demás. Otra vez empezaba a oprimirle el pecho como por entonces. Era ansiedad, de sobra lo sabía. Rápidamente se plantó frente al cajero y apuntándole con una pistola negra gritó. -¿Esto es un atraco!